PRÓLOGO

Las organizaciones de atención sanitaria públicas o privadas proporcionan servicios enmarcados en lo que se podría definir como medicina oficial o científica, que dispone de un alto grado de especialización y tecnología para el diagnóstico, tratamiento y prevención, desde una perspectiva de la salud no solo del individuo sino también de la población. El ejercicio de los profesionales en este medio está fuertemente regulado y se fundamenta en la evidencia científica disponible. El servicio que proporcionan es fácilmente accesible al usuario. Sin embargo, no es infrecuente que pacientes cuyos problemas sobrepasan los límites de una especialidad (como sucede a menudo en los de edad avanzada) se vean sometidos a una sucesión de encuentros con distintos especialistas que desde perspectivas aisladas proponen tratamientos que pueden ser diferentes e incluso contrapuestos. Por otro lado no es infrecuente que, en el contexto de la medicina oficial, posibles aspectos importantes del problema que se presenta, como son los psicológicos, sociales o incluso espirituales no reciban la atención que se merecen.

Las conocidas como medicinas alternativas incluyen una variedad de terapias con abordajes heterogéneos, y atienden a menudo a pacientes insatisfechos con su experiencia de la medicina oficial, que acuden en busca de un abordaje más integral de su problema. En su mayoría, la eficacia de estos tratamientos no ha sido sometida a un escrutinio riguroso desde el punto de vista científico ortodoxo y por tanto su base de evidencia no es tan sólida. Hay que recordar, sin embargo, que la falta de evidencia de la eficacia de un tratamiento no equivale necesariamente a la evidencia de su ineficacia.

Para poder tomar una decisión informada antes de someterse a una terapia del tipo que sea, el paciente tiene derecho a una información clara y veraz sobre la misma. Actualmente se dispone de un acceso prácticamente ilimitado a información sobre temas sanitarios, procedente de fuentes diversas, de calidad muy variable y con objetivos más o menos altruistas o comerciales. Debido al gran volumen y complejidad de esta información, el público en general puede encontrarla difícil de interpretar y necesitar asesoramiento profesional de confianza.

La doctora Ortiz nos presenta en este libro su larga experiencia de una práctica en la que combina el uso de la medicina científica con una variedad de terapias alternativas utilizadas no de forma excluyente sino complementaria, con el objetivo de proporcionar el mayor beneficio a cada paciente según sus necesidades individuales. El estudio formal de esta práctica combinada podría producir en el futuro evidencia en la que basar el uso de terapias previamente sin reconocimiento oficial.

En este libro se desprende repetidamente la importancia fundamental de una base de conocimientos sólida para llegar a un diagnóstico preciso y poder proporcionar el trata-miento adecuado, recurriendo al uso de las técnicas diagnósticas y la consulta con especialistas siempre que sea necesario.

En definitiva, la única medicina buena para cada paciente es la que funciona en su caso, y la labor del profesional de la salud es utilizar su conocimiento y todos los recursos a su disposición para proporcionársela.

DR. JON SANTAMARIA

MSc (Medical Science) Universidad de Glasgow

Especialista en Geriatría

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver Política de cookies
Privacidad